Anthony Joshua James

Anthony Joshua James was a gift from God born on June 7th, 2006, in Pineville, North Carolina, and passed away on September 22nd, 2025, in Charlotte, North Carolina, surrounded by his loving family. He spent his entire life in Charlotte and the surrounding community, a place that shaped him and where his presence left a lasting mark.

Anthony’s education was rooted in Charlotte. He began his early years at Lebanon and Piney Grove Elementary Schools, continued his studies at Randolph Middle School, and went on to graduate from East Mecklenburg High School in 2024.

From his earliest years, Anthony was a happy, playful, and sweet little boy whose imagination was sparked by his love of trains and Star Wars. During this time, he and his mom began a cherished tradition of going to the movies together—a joy they shared often and continued faithfully until his final weeks. His radiant spirit brought happiness and laughter to everyone who knew him, and those closest to him will always remember him as a beautiful child with a truly lovely soul.

As a teenager, Anthony was known for his respectful and gentle nature, carrying himself with a quiet strength that endeared him to those around him. He found joy in many passions—immersing himself in video games, exploring books that ranged from sweeping fantasy to classic literature, and spending hours skateboarding through his neighborhood. A devoted fan of the Marvel Universe, he never missed a chance to enjoy those stories of heroes and adventure. Anthony also began learning guitar, nurturing a dream of one day becoming a singer, a dream that reflected both his creativity and his hopeful spirit.

Anthony carried with him bright dreams for the future—plans to attend college, share a home with friends, and one day build a family of his own, complete with children he longed to love and guide. His hopes reflected the kindness, imagination, and determination that defined him. Though his time on earth was far too short, and the years he deserved were cut away too soon, the beauty of his spirit and the promise of the life he envisioned remain a lasting reminder of all that he was, and all that he might have been.

“They say there is a reason. They say that time will heal. Yet neither time nor reason can explain the depth of what I feel. Gone are the days we once shared, yet in my heart you are

always there. The gates of memory never close, and I miss you more than anyone knows. I will love and miss you until we meet again... and forever.”

Anthony Joshua James fue un regalo de Dios, nacido el 7 de junio de 2006 en Pineville, Carolina del Norte, y falleció el 22 de septiembre de 2025 en Charlotte, Carolina del Norte, rodeado de su amorosa familia. Pasó toda su vida en Charlotte y sus alrededores, un lugar que lo formó y donde su presencia dejó una huella imborrable.

La educación de Anthony estuvo profundamente enraizada en Charlotte. Comenzó sus primeros años en las escuelas primarias Lebanon y Piney Grove, continuó sus estudios en la escuela intermedia Randolph y se graduó de East Mecklenburg High School en 2024.

Desde sus primeros años, Anthony fue un niño feliz, juguetón y dulce, cuya imaginación se encendió gracias a su amor por los trenes y Star Wars. Durante ese tiempo, él y su madre iniciaron una tradición muy especial: ir juntos al cine. Era una alegría que compartían con frecuencia y que mantuvieron fielmente hasta sus últimas semanas. Su espíritu radiante llenaba de felicidad y risas a todos los que lo conocían, y sus seres más cercanos siempre lo recordarán como un niño hermoso, con un alma verdaderamente encantadora.

En la adolescencia, Anthony fue conocido por su naturaleza respetuosa y gentil, llevando consigo una fortaleza silenciosa que lo hacía muy querido por quienes lo rodeaban. Encontraba alegría en muchas pasiones: sumergirse en videojuegos, explorar libros que iban desde la fantasía épica hasta la literatura clásica, y pasar horas andando en patineta por su vecindario. Devoto fanático del Universo Marvel, nunca dejaba pasar la oportunidad de disfrutar esas historias de héroes y aventuras. Anthony también comenzó a aprender guitarra, alimentando un sueño de algún día convertirse en cantante, un reflejo de su creatividad y de su espíritu lleno de esperanza.

Anthony llevaba consigo sueños brillantes para el futuro: planes de asistir a la universidad, compartir un hogar con amigos y, algún día, formar una familia propia con hijos a los que anhelaba amar y guiar. Sus anhelos reflejaban la bondad, imaginación y determinación que lo definían. Aunque su tiempo en la tierra fue demasiado breve, y los años que merecía le fueron arrebatados demasiado pronto, la belleza de su espíritu y la promesa de la vida que imaginaba siguen siendo un recordatorio eterno de todo lo que fue y de todo lo que pudo haber sido.

“Dicen que existe una razón. Dicen que el tiempo sanará. Sin embargo, ni el tiempo ni la razón pueden explicar la profundidad de lo que siento. Se fueron los días que compartimos, pero en mi corazón siempre estás presente. Las puertas de la memoria nunca se cierran, y te extraño más de lo que nadie sabe. Te amaré y extrañaré hasta que volvamos a encontrarnos… y por siempre.”